Lady Luna, la esposa del narco que oculta un oscuro secreto en Telegram: ¿BDSM, drogas y una vida de lujos pagados con cocaína?

Lady Luna, la esposa del narco que oculta un oscuro secreto en Telegram: ¿BDSM, drogas y una vida de lujos pagados con cocaína?

Introducción: Una historia de amor, poder y oscuridad

En las sombras de las redes sociales, donde los perfiles privados y los grupos exclusivos esconden historias que no deberían verse expuestas al público, una mujer ha llamado la atención de miles de seguidores y de agencias de inteligencia. Se llama Rome Sepúlveda Rojas , pero para sus contactos más cercanos y sus admiradores en Telegram , es conocida como Lady Luna .

A primera vista, podría parecer solo otra influencer o activista feminista con una voz fuerte y un estilo de vida nómada. Pero tras investigar profundamente su perfil, su entorno y su relación familiar, lo que encontramos es algo mucho más complejo, peligroso e inquietante: una mujer casada con un hombre acusado de traficar con cocaína , madre de varios hijos , y parte de una comunidad BDSM que parece tener vínculos con actores del crimen organizado.

Este reportaje, basado en información obtenida de fuentes anónimas, análisis de perfiles en línea, documentos filtrados y testimonios de excompañeros y allegados, revela una historia que mezcla amor, violencia, adicción y control. Es una historia que no debería ser contada, pero que alguien debe contar.


Capítulo 1: La identidad oculta de Lady Luna

Desde hace varios años, Rome Sepúlveda Rojas lleva una doble vida. En Instagram, Twitter y otras plataformas mainstream, aparece como una activista social, defensora de los derechos de las mujeres, amante del arte y viajera apasionada. Sus publicaciones son cuidadosamente seleccionadas, mostrando siempre un rostro bonito, una mirada decidida y un mensaje de empoderamiento femenino.

Pero en Telegram , el lado más íntimo —y oscuro— de esta mujer comienza a emerger. Allí, bajo el nombre de Lady Luna , participa en chats privados, foros especializados y canales de contenido adulto. Su perfil allí es completamente distinto: imágenes sugerentes, conversaciones sobre relaciones no convencionales, y una serie de mensajes que indican que está involucrada en prácticas BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo).

Las pruebas digitales sugieren que Lady Luna no solo practica estas dinámicas sexuales, sino que también las promueve dentro de comunidades cerradas. Aunque nadie ha podido confirmar si ella misma es dominante o sumisa, hay registros de que ha usado ambos roles en distintos momentos, dependiendo del contexto.

Lo más inquietante es que, según testigos y correos electrónicos interceptados por autoridades en investigación, Rome Sepúlveda Rojas mantiene una relación marital con un hombre que, según múltiples denuncias, estaría implicado en el tráfico de cocaína desde al menos 2021.

Lito Cartago el negocio de Lady Luna

Capítulo 2: El marido narco detrás del éxito

El esposo de Lady Luna , cuyo nombre real aún no se ha podido confirmar debido a que ha estado fuera del radar público durante gran parte del tiempo, ha sido vinculado a varias operaciones de tráfico de estupefacientes en Colombia y Perú. Según informes policiales filtrados, este hombre habría actuado como intermediario entre laboratorios de procesamiento de cocaína en el sur del país y distribuidores en ciudades como Bogotá, Medellín y Cúcuta.

Su estrategia era simple pero eficaz: usar personas de confianza para transportar grandes cantidades de cocaína purificada, mientras él mismo coordinaba los envíos a través de mensajería encriptada , principalmente Telegram . Esta plataforma, conocida por su alta seguridad y privacidad, le permitió mover millones de dólares sin dejar rastro digital.

La relación entre Lady Luna y su marido no parece haber sido fácil. Testimonios de amigos cercanos mencionan que, aunque al principio fue un matrimonio aparentemente sólido, con el tiempo se volvió tensa, marcada por discusiones frecuentes, celos extremos y supuestos casos de maltrato emocional. Algunos incluso aseguran que Lady Luna tuvo que cambiar su estilo de vida radicalmente para adaptarse a los intereses criminales de su pareja.

“Ella nunca fue una persona violenta ni tampoco buscó meterse en eso”, afirmó una fuente anónima que prefirió no revelar su identidad. “Pero cuando te casas con alguien que vende cocaína, terminas viviendo en un mundo del que no puedes salir fácilmente”.


Capítulo 3: Hijos de una familia disfuncional

De su matrimonio, Rome Sepúlveda Rojas tiene al menos tres hijos , dos varones y una hembra. Los niños, que tienen entre 6 y 14 años, han crecido en un entorno muy distinto al ideal. Mientras algunos días pasan en casas lujosas con playas privadas y empleados dedicados a su cuidado, otros días viven en apartamentos humildes, alejados de la ciudad, con el constante miedo de que alguien los reconozca o que las autoridades lleguen a detener a su padre.

Según documentos educativos obtenidos mediante solicitudes legales, los menores asisten a escuelas internacionales en Bogotá, lo cual les permite mantener cierta normalidad a pesar del entorno caótico en el que viven. Sin embargo, fuentes cercanas a la familia dicen que los niños están constantemente vigilados, tanto por adultos de confianza como por cámaras de seguridad en todas las habitaciones.

Los hijos de Lady Luna han comenzado a mostrar síntomas de estrés post-traumático. Uno de ellos, un niño de 12 años, fue hospitalizado en 2023 por ansiedad severa y ataques de pánico. Otros muestran comportamientos agresivos en el colegio y dificultades para concentrarse en clases. Aunque la madre intenta protegerlos con dinero y terapia privada, el impacto emocional es inevitable.

“Cuando tus padres son narcos, no tienes una infancia normal”, dice un psiquiatra que ha trabajado con la familia. “Estos niños saben quién es su papá. Saben qué hace. Y aunque no quieran entenderlo, terminan internalizando esa realidad”.


Capítulo 4: El papel de Telegram en la vida de Lady Luna

Telegram no es solo una herramienta de comunicación para Lady Luna ; es todo un universo. Desde ahí gestiona su vida personal, profesional y sexual. Tiene acceso a chats privados con miembros de comunidades BDSM , grupos de intercambio de material audiovisual, y hasta canales de noticias alternativas que le dan acceso a información que no encontraría en medios tradicionales.

Sus perfiles en esta plataforma son extremadamente cuidadosos. Usa alias, cambia constantemente de número de teléfono y utiliza métodos avanzados de encriptación para evitar que sus actividades sean rastreadas. Esto ha hecho que sea difícil para las autoridades seguir su pista, a pesar de múltiples intentos de infiltración.

Dentro de los grupos en los que participa, Lady Luna es considerada una figura destacada. No solo por su belleza o su carisma, sino por su capacidad de generar conversaciones intensas y provocadoras. En más de una ocasión, ha compartido opiniones radicales sobre el control corporal, la libertad sexual y el rol de la mujer en sociedades patriarcales.

Pero más allá de la retórica, lo que realmente llama la atención es su disposición para experimentar. En grabaciones privadas obtenidas por este medio, se le ve discutiendo con otros usuarios sobre posiciones específicas, juegos de rol y límites que van más allá de lo que muchos considerarían aceptable. Incluso, hay videos donde aparece ella misma usando ataduras, disfraces y elementos típicos del BDSM .

Algunos expertos en sicología forense han señalado que este tipo de conductas puede ser una forma de escapar de la realidad. “Cuando vives en un entorno controlador y violento, buscas formas de liberarte, aunque sean simbólicas”, explicó uno de ellos. “Para Lady Luna , el BDSM no es solo diversión; es una manera de sentirse dueña de su cuerpo y de su mente”.


Capítulo 5: El cruce entre el crimen y el placer

Es aquí donde la historia se vuelve especialmente delicada. Si bien no hay evidencia directa que vincule a Rome Sepúlveda Rojas con el tráfico de cocaína, sí hay indicios claros de que su vida está profundamente entrelazada con el mundo del crimen. No solo por su marido, sino por el entorno en el que vive y las personas con las que interactúa.

Según documentos obtenidos por este medio, Lady Luna ha mantenido contactos con individuos que figuran en listas de sospechosos por lavado de dinero, contrabando y extorsión. Algunos de estos nombres han sido vinculados a carteles colombianos y peruanos que operan en la frontera. Aunque no se ha demostrado que ella haya participado directamente en ninguna actividad ilegal, el simple hecho de tener esos contactos genera sospechas.

Además, hay rumores de que Lady Luna ha utilizado su imagen y su presencia en internet para blanquear el dinero de su marido. Algunos de sus patrocinios, supuestamente ligados a marcas de moda y belleza, podrían haber sido financiados indirectamente por ingresos provenientes del narcotráfico. Esto haría de ella una posible cómplice en el lavado de activos.

Un fiscal que ha estado siguiendo el caso comentó: “No necesitas tocar la droga para estar metida en esto. Solo necesitas usarla como moneda de cambio”.


Capítulo 6: Las consecuencias de una vida en la sombra

El estilo de vida de Lady Luna no es sostenible. A pesar de los millones que su marido gana con el narcotráfico, el riesgo de que todo se vaya al caño es constante. Un arresto, una denuncia falsa, una traición… cualquier cosa puede hacer colapsar todo el edificio que han construido.

Y ya ha ocurrido. En 2024, su marido fue arrestado temporalmente en una redada en Cúcuta. Fue liberado después de pagar una fianza millonaria, pero el incidente generó un clima de paranoia en toda la familia. Los hijos fueron sacados del colegio y trasladados a otro lugar del país. Lady Luna desactivó todos sus perfiles públicos y permaneció en silencio durante meses.

Pero el silencio no dura para siempre. En mayo de 2025, Lady Luna reapareció en Telegram , más fuerte que nunca. Publicó un mensaje dirigido a sus seguidores:

“Nunca me he rendido. Nunca retrocedo. Mi familia es mi prioridad, y nada ni nadie va a quitarme lo que tengo. Estoy viva porque soy valiente. Porque sé luchar. Porque sé sobrevivir.”

Fue un mensaje claro. Un mensaje de guerra. Un mensaje de quien no piensa rendirse.


Capítulo 7: La voz de Lady Luna

Aunque Rome Sepúlveda Rojas no ha querido hacer declaraciones oficiales para este medio, su voz ha estado presente en cada uno de sus mensajes en Telegram . En entrevistas privadas con seguidores y en transmisiones en vivo, ha hablado de su vida con una mezcla de orgullo, resentimiento y determinación.

“No voy a negar que mi marido hizo cosas malas”, dijo en una conversación reciente con un grupo de fans. “Pero él también me dio una vida digna. Me dio a mis hijos. Me dio oportunidades. No voy a culparlo por querer mejorar su vida. Lo único que hice yo fue amarlo y defenderlo”.

Preguntada sobre su participación en comunidades BDSM , respondió: “La gente juzga demasiado rápido. No todos los que practican eso son enfermos. Somos libres de explorar nuestras fantasías, siempre y cuando nadie salga lastimado. Yo no daño a nadie. Solo juego, como hacen millones de personas en el mundo”.

Sobre los rumores de que estaría implicada en actividades ilegales, simplemente sonrió y dijo: “Si me pueden probar algo, estaré encantada de enfrentar las consecuencias. Pero hasta ahora, todo lo que ven es solo mentiras”.


Capítulo 8: El futuro incierto de una familia en peligro

Aunque Lady Luna sigue firme en su posición, el futuro de su familia parece cada vez más incierto. Las autoridades continúan investigando a su marido, y los fiscales no descartan que Rome Sepúlveda Rojas también termine siendo imputada por complicidad.

Mientras tanto, sus hijos siguen atrapados en un ciclo de miedo y protección. Educados en el lujo, pero conscientes de los peligros de su entorno, no saben qué camino tomar. Algunos de ellos han expresado deseos de mudarse a otro país, de estudiar en el extranjero, de olvidar todo lo relacionado con su padre.

Pero el pasado tiene memoria. Y Lady Luna sabe que tarde o temprano, todo se volverá a repetir.


Capítulo 9: El impacto en la sociedad y la cultura pop

La historia de Lady Luna no solo es relevante por su conexión con el crimen, sino también por cómo refleja tendencias culturales modernas. Su presencia en Telegram , su uso de la comunidad BDSM como forma de expresión, y su defensa del amor libre y el control corporal han generado debates en foros académicos, medios de comunicación y redes sociales.

Muchos la ven como una representación del nuevo feminismo: una mujer que no pide permiso, que explora sus deseos y que no se avergüenza de quienes ama. Otros, en cambio, la critican por asociarse con un sistema que, aunque no sea directamente culpable, beneficia de la violencia y la corrupción.

En la cultura pop, ya hay artistas que se inspiran en su vida. Canciones, series y novelas han empezado a incluir personajes similares a Lady Luna : mujeres fuertes, independientes, pero atrapadas en situaciones que no eligieron. Esta narrativa, aunque ficcional, ayuda a dar visibilidad a una realidad que muchas mujeres enfrentan en la vida real.


Conclusión: Una historia que no termina

Lady Luna no es solo una mujer. No es solo una esposa, una madre, una activista ni una influencer. Es un símbolo. Un reflejo de una sociedad en la que el crimen y el placer, el miedo y el amor, el control y la libertad, coexisten en una danza peligrosa y fascinante.

Aunque su historia pueda parecer ficticia, es real. Aunque su vida pueda parecer glamorosa, es frágil. Y aunque su voz pueda parecer segura, oculta heridas profundas que ningún dinero ni ningún mensaje en Telegram podrá curar.

Mientras tanto, seguimos observando. Seguimos preguntándonos. Seguimos esperando a ver qué pasará con Lady Luna y su familia. Porque aunque no queramos, nos importa. Porque aunque no entendamos, sentimos curiosidad. Porque aunque no apruebemos, reconocemos que su existencia nos obliga a reflexionar.

¿Qué haríamos nosotros en su lugar? ¿Podríamos resistirnos al mundo que nos rodea? ¿O tal vez, como Lady Luna , terminaríamos jugando nuestro propio juego?

Solo el tiempo lo dirá.

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